La duda, el estrés, los nervios, la pasión, las ideas, el vientre, la mente y el corazón, esta vez, se unieron con fuerza.

viernes, 7 de enero de 2011

Lejana luz.

Tardaba mucho en recorrer esa calle. Se me estaba haciendo eterna, parecía no acabar nunca. La efímera luz, lejos de mi, parecía una estrella que había bajado y me miraba desde el horizonte. No apartaba la mirada de ella. Es como aquello que te quedas mirando, y a la vez pensando, imaginando cosas que te han pasado. Cosas que quieres que pasen. Cosas que lo más seguro  es que pasen. Cosas con las que has soñado. Tal vez sueños rotos. Pues así estaba yo, con la mente y la mirada perdida en aquella luz, a la que ahora le regalo todos mis pensamientos.

miércoles, 5 de enero de 2011

Razones.

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por su cuerpo.. Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da. Pero además le he visto serio, ser el mismo, y en serio que eso no se puede escribir en un simple texto. Por eso, eso que me cuentas de que mírale cómo bebe las cervezas, y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse. Todo eso de que el puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir viva y a la mierda con la autodestrucción... Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre. Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que el aparezca de golpe y de frente para decirte, venga, levantántate, puedes con eso y con mas. No sabes lo que es despertarte y que se retuerza y bostece, luego te abrace y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo. Así que supondrás que yo soy la primera que entiende que pierdas la puta cabeza, sólo por sus brazos o el sentido por sus palabras, o por un mínimo y simple roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte, son algo con lo que ya cuento. Quiero decir, que a mí de tios no me tienes que decir nada, que hace tiempo que no existen más para mí. Que yo también le veo, que cuando cruza por debajo del cielo solo la gente tonta mira al cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices, y todos los sitios donde tiene lunares, y me sé la forma de sus manos, y hasta de su pelo.Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el numero de sus escalones, y el numero de pasos que hay de su cama a la mía.Que no sólo conozco su último sueño, también los mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo). Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente el, rendido a ese puto milagro que supone que exista. Que le he visto hacerle competencia a cualquier silueta de un tío de la tele: no me habléis de siluetas si no han visto su cuerpo. Que te entiendo. Que yo te hablo sobre lo mismo. Sobre el mismo. Cuántas razones tenemos todos... Pero yo, muchas más que vosotros.

martes, 4 de enero de 2011

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                      - Ten clαro que si soy borde contigo es porque te lo mereces, y jode,
                      por que te hαbiα cogido cαriño... Pero es lo que tocα.  Total, no perdemos nada
                      El mundo estα lleno de personαs,  lα mαyoriα de ellαs pasan en tu vidα tαn 
                      rapidαmente, que ni te dαs cuentα de que hαn estαdo αhí.                                                                                            

lunes, 3 de enero de 2011

Su chaqueta | 2

Hace tiempo que no le veo, y aún soy capaz de recordar el día en el que le dejé en medio de la carretera, bajo la lluvia. No sé si reirme por la cara que le dejé, o llorar por el daño que realmente me hice. Pero eso si, he estado mejor ahora que con las putas rayadas. 


Su chaqueta continúa en el fondo de mi armario, siendo sincera no la he sacado ningún día. Es más, me olvidé por completo de ella. Hay veces que me agobio al saber que entre estas cuatro paredes ocurrieron muchas cosas de las que no volvi a hablar ni a recordar, pero que en el fondo no las he olvidado. De hecho estoy contenta conmigo misma, pude pasar de ello. Lo olvidé en el sentido de que no lo recordaba cada dos por tres, ni lloraba al recordarlo. Eso es un gran paso. He estado con mis amigos, he ido de fiesta, me han hecho reir a carcajadas, he bailado hasta quitarme los zapatos, y aun así continuaba haciéndolo. Hay días que de lo feliz que estaba, he pasado por aquel cruce y no me di cuenta. Otros, lo he recordado y decidía ir por otro camino, no quería verle. No me apetecía. Pero pasará o no por allí, yo iba cojida de la mano, o abrazada a otra persona, ya fuera una amiga o un amigo, pero siempre con una sonrisa. Su nombre ya no suena tan bien cuando hablan de él, ya no veo su imagen. Pero si soy capaz de acordarme de cada lunar suyo. De cada gesto de su cara. De cada chiste malo que me contó. De sus quejas cuando decía que no le escuchaba. De cuando se colocaba el pelo hacia un lado cuando le molestaba. Cabrón. Eso es lo que fue. Todas esas cosas ahora de que me sirven. Son estúpidos o increíbles recuerdos. Ya no lo sé. Fue una etapa alucinante, pero tuvo un final de mierda. Un final que no cuadraba, pero que algo a la fuerza lo hizo encajar. De todos modos, yo ahora siguo enfrente de la pantalla del ordenador, mirando fotos, escuchando música y ya no leos sus estados en el tuenti, ya no miro sus fotos. Es una persona que apareció en mi vida, me hizo feliz y despues...despues me dió un golpe por la espalda. Asique mejor como todo está ahora. Feliz, disfrutando y dejando los recuerdos en su baúl.
Pincha aquí para ver esta foto.

Su chaqueta | 1


La tarde acabó, el mal tiempo ha empezado. La lluvia cada vez es más fuerte. Hace frío y me abrazo a mi misma. Me doy cuenta de que llevo su chaqueta. La chaqueta que me había dejado, doy media vuelta para ver si sigue allí, y efectivamente, ahí estaba con dos amigos suyos. Me acerco y se la doy. Me alejo rapidamente en manga corta, ya empapada por la lluvia. Oigo como grita: Pero tonta, que te vas a mojar... ¿Porque me duelen tanto sus palabras, pero a la vez quiero escucharlas todo el tiempo? Y derrepente paro en medio del cruce. No viene ningun coche, todo tipo de ruido parece estar muy lejano. Solo escucho la fuerza de la lluvia y sus gritos. Me doy media vuelta. Sus amigos se han marchado y esta vez me pide que por favor vaya. Se acerca, pero muy despacio.

-¿ Por qué te has quedado ahí parada? Estás loca te vas a congelar....Toma- dice ofreciendome su chaqueta-. Llevatela, no quiero que pases frío.
- ¿Quieres saber que hacía ahí parada?
- mm...si.
- Hay fue donde te vi por primera vez. ¿Recuerdas? No creo...ya que solo me quisiste para lo que me quisiste. Estaba esperando a ver si eras capaz de mojarte un poco por mi y salir de ese estúpido local en el que te vas todos los días a beber y echarte unas risas con tus amigos, mientras yo he estado siempre ahi, en ese muro de ahí, apoyada. Mirando como reías, como bailabas, mirando como besabas otros labios que no eran los míos...y no te dabas cuenta. Que cada vez que paso por este cruce siento tu olor, siento como si estuvieras conmigo, pero aún noto tu ausencia y eso jode. Mucho. Asique la chaqueta te la puedes quedar, no vaya a ser que te mojes tu nueva camiseta de DC y todos tus demás caprichos se estropeen. Y ahora por favor...no quiero verte. No quiero que me hables, llevate tu puta chaqueta que tanto huele a ti, y duerme abrazada a ella si hace falta. Pero si me olvidaste, me olvidaste para todo. No quiero existir para ti, si de la única manera que me ves es como una muñeca. Si quieres una muñeca, te haces una con tu chaqueta.
- Pero...
- Trágate tus palabras, y que coño, dame la chaqueta y congelate. Conviértete en un muñeco de nieve helado, y aver si cuando salga el sol, porque sé que saldrá pronto, te deshaces.
Y sin más, me puse su chaqueta, a la que el agua le quito su olor, y me marché. ¿Mojada? si, pero más libre que nunca.
   
                                                                                 

#L.

Alguien que se queda dentro, clavado, que aunque te haya jodido la vida… Lo único que quieres escuchar de él es un te quiero. Que aunque te haya decepcionado mil veces, seguirías perdonándolo mil y una vece. Que aunque te haya tratado como a una muñeca su sonrisa te sigue haciendo reír. Que aunque finjas ser fuerte e intentes demostrar que no te importa, no pasa un día que no te acuerdes de él. Que aunque pasen mil años nadie conseguirá darte tanto en tan poco. Que nadie podrá ocupar el hueco que él ha dejado. Que la dignidad, el coraje, el orgullo ya no están, que desaparecen cada vez que lo ves llegar